Las novelas
vanguardistas tienen muchos elementos que son únicos al estilo de literatura.
La Ciudad y Los Perros, una novela vanguardista de Mario Vargas Llosa, sigue
estos reglamentos utilizando elementos como puntos de vista narrativos diferentes,
múltiples saltos en el tiempo de la narración en cada capítulo y la
universalidad. La Universalidad es muy importante en La Ciudad y los Perros. Hay muchos temas que se
presentan a lo largo de la primera parte de la novela que pueden ser aplicados
a la vida real contemporánea. Estos son generalmente temas oscuros tal como el
adulterio, el abuso doméstico, la criminalidad y el machismo entre otros.
El machismo
es un tema universal que ocurre en todos los capítulos de la primera parte de
la novela. Tanto los tenientes como los cadetes muestran una actitud que
demuestra que creen que tienen una mente superior al resto. Los cadetes siempre
tratan de demostrar que son más poderosos que otros, especialmente entre el
cuarto y quinto año. Un insulto popular que se usaba con dos cadetes era que tenían
una relación homosexual. Ricardo Arana, también conocido como el Esclavo, y
Alberto Fernández, el poeta, eran molestados con este insulto. En una
competencia que sucedió en La Perlita, los cadetes los llamaron una pareja
cuando los dos entraron juntos a tomar. “<<Cómetelo, Paulino>>,
grito el Boa. <<Comete a la novia del poeta. Te juro que si el poeta se
mueve, lo quiebro.>>… -Está enamorado del Esclavo-dijo el Boa…” (Página
140) La homosexualidad no era aceptada en la escuela militar. Más bien, los cadetes hacían competencias tales como la
que ocurrió esa noche en La Perlita para ver quién era más hombre que el resto.
En la vida
cotidiana, los niños de las mismas edades que los cadetes también tratan de
encontrar formas para comprobar quien es más hombre que el resto. Diferentes
formas en que hacen esto son probando la fuerza de cada uno y viendo quien
puede atraer más mujeres entre otros. En la escuela militar Leoncio Prado, se
ven competencias entre cuarto y quinto año que tratan de definir quienes tienen
más poder. Un evento que organizaron estos grados para probar esto es el juego
de tirar la soga. Este juego es una competencia de fuerza entre los cadetes y
perder es como demostrar que ese equipo es más débil que el otro. En la vida
cotidiana tal como en la escuela militar, los hombres siempre tratan de
encontrar formas de probar que son superiores o más fuertes que los demás.
No
obstante, El Esclavo se enfrenta a problemas de abuso doméstico. Cuando trata
de decirle a la madre que su padre le había pegado, ella contesta que debe
tratar de conformarse a las expectativas del padre. La madre no demuestra el
deseo de defenderse de él ni de escaparse para poner fin al maltrato que recibe
en el hogar. En la casa de Ricardo, el padre es visto como una figura superior
y poderosa. Alberto, el Poeta, es otro cadete que viene de una familia donde el
machismo es prevalente. Su padre engaña a la madre sin esconderlo. Luego, en
otro capítulo, los amigos de Alberto dicen que han visto a su padre con otras
mujeres o limpiándose la boca antes de entrar a su casa. Otro amigo de Alberto
dice que su padre también engaña a la madre, pero que nadie le presta mucha
importancia. En la vida real, usualmente es el padre de la familia que comete
el adulterio. Las mujeres usualmente son más leales. Los hombres en general
sienten más poder cuando saben que pueden salir con más mujeres. Se sienten más
poderosos.
El machismo
es un tema universal que ocurre no solo en La Ciudad y Los Perros, pero en la
vida cotidiana también. Los cadetes, los tenientes y las familias de los
estudiantes son muy machistas. No aparecen muchos personajes femeninos en la
novela tampoco. El machismo es muy prevalente en esta novela, y es visto en
forma de competencias entre los hombres y las formas de insultarse que usan.